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lunes, 27 de mayo de 2013

Éxito de convocatoria del I Foro Técnico de Transferencia en Cereales de Invierno



         Las expectativas más optimistas se quedaban cortas este miércoles ante el éxito de convocatoria de las I Jornadas de Transferencia en Cereal de Invierno, jornadas de carácter nacional y que en su parte técnica tenían lugar en el Palacio de Congresos de Huesca. Unas 500 personas acudían a la cita, cuando la previsión hablaba de unas 350. Tras la parte teórica, este jueves tiene lugar la Jornada de Campo, en una finca experimental habilitada en Lupiñén. Allí acudirán casi 1.000 agricultores.

          Miguel Gutiérrez y Gemma Capellades, coordinadores de las Jornadas (el primero del Gobierno de Aragón y la segunda de GENVCE), valoraban al término del Foro Técnico la acogida que éste había tenido, y también incidían en el nivel de los ponentes. Insistían en que se ha trabajado mucho durante años y que es importante que esas investigaciones lleguen a la sociedad; por ello, la transferencia del conocimiento adquiere una importancia vital.

SESIÓN INAUGURAL

          Luis Miguel Albarrán, director general de Alimentación y Fomento Agroalimentario del Gobierno de Aragón, era el encargado de inaugurar estas I Jornadas. Su mensaje era claro en el sentido de que "la mejora genética contribuye de forma esencial al aumento de la productividad en las explotaciones y, por tanto, al aumento de la rentabilidad de los agricultores".

          Luis Miguel Albarrán decía que GENVCE (Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos) es un ejemplo de trabajo, con la coordinación entre administraciones públicas y con la aportación del sector privado (que debe estar en constante movimiento para avanzar en la mejora de los métodos, técnicas, aplicaciones,...).

          En estas Jornadas participaba Andrés de León, subdirector general de Medios de Producción Agrícola y Oficina Española de Variedades Vegetales; decía que los avances genéticos y las nuevas variedades de cultivos extensivos provocan un aumento de la productividad, una mejor sanidad vegetal y atender de forma más satisfactoria de las demandas de la industria.

          Gemma Capellades, directora técnica de GENVCE y técnico del IRTA, se mostraba satisfecha del interés que habían despertado las Jornadas; dice que es muy importante que haya una transferencia de conocimiento hacia los productores y la industria.

          En la inauguración participaban también José Domingo Dueñas, vicerrector del Campus de Huesca (Universidad de Zaragoza); María Teresa Lacruz, subdelegada del Gobierno en Huesca; y José María Gella, teniente de alcalde del Ayuntamiento oscense.

          José Domingo Dueñas apuntaba que con estas Jornadas se llevaba a la práctica la función propia de la universidad, que consiste en transferir los conocimientos procedentes de la investigación; María Teresa Lacruz decía que era un lujo para la ciudad de Huesca acoger eventos como estas I Jornadas de Transferencia, mensaje que también transmitía José María Gella.

GENVCE: GRUPO PARA LA EVALUACIÓN DE NUEVAS VARIEDADES DE CULTIVOS EXTENSIVOS EN ESPAÑA

          "La demanda de producción es cada vez mayor y no se puede mantener el actual saldo deficitario en cereales". Es la afirmación realizada por José Ignacio Ortega, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en las I Jornadas de Transferencia en Cereal de Invierno. Dice que "hay que apostar por la tecnología para aumentar la productividad", tecnología en forma de nuevas variedades o variedades mejoradas, mecanización, regadío,...

          José Ignacio Ortega era el encargado de presentar lo que es el Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos (GENVCE). Es una entidad que ha evaluado desde 1994 un total de 1.029 variedades, destacando el porcentaje relativo a trigo blando y duro, cebada y maíz.

          Recuerda que durante el siglo XX se pasó en el maíz de una producción de tan sólo 1.000 kilos por hectárea a una cifra superior a los 11.000 kilos. El aumento se cifra en los últimos 50 años en 175 kilos por hectárea y año.

          En cambio, se ha reducido la superficie cultivada de cereal en un 20 por ciento; la consecuencia es que España sigue siendo deficitaria en cereales y cultivos extensivos oleaginosos. Las importaciones se han triplicado en valor económico en las últimas dos décadas.

          José Ignacio Ortega argumenta que las ayudas públicas deben ir dirigidas a la utilización de tecnología (la semilla certificada es un ejemplo). Tecnología que permita aumentar la productividad de las explotaciones agrícolas españolas.

LA CEBADA Y LA MEJORA GENÉTICA

          Se ha mejorado mucho la cebada en las últimas décadas; sin embargo, ese avance ha sido menor en la cuenca mediterránea que en otros países de Europa. La causa se encuentra en el entorno natural cambiante que se vive, por ejemplo, en España, con ambientes, temperaturas y precipitaciones de lluvia muy fluctuantes.

          Es lo dicho por Ernesto Igartua, de la Estación Experimental de Aula Dei (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), que plantea las siguientes claves para avanzar en el futuro:

- Diversidad genética (con los bancos de germoplasma).

- Acceso a la diversidad genética (a través de la biología molecular, que no precisa necesariamente entrar en transgenia).

          Ernesto Igartua recuerda que la secuencia del ADN de la cebada quedaba publicada en noviembre del pasado año 2012. Dice que la mejora clásica sigue siendo esencial, pero también la mejora de precisión, la mejora defensiva y los métodos acelerados.

          Considera que es muy importante la colaboración público-privada, con el fin de acceder a todo el potencial que ofrece la tecnología. Y así paliar problemas como la sequía, que sigue siendo la asignatura pendiente en España. En esa línea, Ernesto Igartua apunta que no hay que dejar de lado la cebada híbrida, sobre todo en los secanos más áridos.

          En España se cultivan en torno a los 3 millones de hectáreas de cebada, con pocas alternativas de cultivo en el secano de la España interior. En su mayor parte es cebada de dos carreras. Tan sólo el 16 por ciento es semilla certificada; y el 92 por ciento está orientada a alimentación animal (frente a sólo un 8 por ciento que se destina a maltería).

          Ernesto Igartua añade que es importante que del 5 al 7 por ciento de la investigación mundial sobre cebada se dé en España. Investigaciones que durante décadas han propiciado una mejora productiva en cada parcela de cultivo, merced, por ejemplo, a la mayor resistencia a las enfermedades (que ha complementado a los avances habidos en fertilización y en mecanización agrícola).

SANIDAD VEGETAL

          La sanidad vegetal y el control de enfermedades eran dos de los temas que se abordaban en las I Jornadas de Transferencia en Cereal de Invierno. Dos conclusiones importantes: Las siembras tardías, la rotación y la recuperación de márgenes se convierten en claves para prevenir plagas y enfermedades; y, por otra parte, la investigación debe ser constante, ya que los genes resistentes a enfermedades son superados continuamente por nuevas razas de éstas.

          Agustín Perdiguer, del Gobierno de Aragón, abordaba la "Situación actual de la sanidad vegetal en cereal de invierno en Aragón"; y María del Mar Cátedra, del IFAPA, hacía lo propio con la "Contribución de la mejora genética al control de las enfermedades".

          Agustín Perdiguer apuntaba que en Aragón hay ciertas peculiaridades que permiten que no haya excesivas enfermedades. Citaba el cierzo (que provoca una humedad relativa baja) y el escaso nivel pluviométrico; este año es una excepción.

          Dice que se ha observado una tendencia, consistente en que, con la ampliación de los campos y la desaparición de las márgenes, se ha reducido la lucha natural contra las plagas de insectos. Afirma que la única solución es el establecimiento de nuevas márgenes (para que haya insectos auxiliares). Apunta igualmente que es preciso retrasar las siembras de otoño, para realizarlas a partir del 15 de noviembre.

          Respecto a las malas hierbas, Agustín Perdiguer incidía en la importancia de las rotaciones de cultivos, el pastoreo con el ganado,... dejando el uso de los herbicidas sólo para ocasiones excepcionales. Lo mismo dice sobre los tratamientos fungicidas.

          Josefina Silledo recordaba que en el siglo XX hubo continuos descubrimientos sobre genes resistentes a enfermedades; sin embargo, hay que seguir trabajando en las investigaciones porque se introducen nuevos patógenos.

          Cita dos enfermedades: La roya amarilla y la roya parda. En 1986 apareció una nueva raza de roya amarilla en el Este de África; llegó a afectar a varios países incluso del Sureste asiático. La roya parda o de la hoja tiene casi 70 genes que presentan resistencia; no obstante, ya está entrando por Cádiz una posible nueva raza de roya parda, la cual se salta la resistencia.

          Josefina Silledo también habla de otra enfermedad: La septoria. Dice que hay que tener mucho cuidado, ya que es muy sensible a ella el trigo duro de alto rendimiento.

DEMANDA DE LA INDUSTRIA Y NECESIDADES FUTURAS DE CALIDAD HARINERA

          Ramón Sánchez, de la Asociación de Fabricantes de Harinas y Sémolas de España, preguntaba a los asistentes a las I Jornadas de Transferencia en Cereal de Invierno: "¿El pan es un alimento? ¿La harina también lo es? ¿Y el trigo?". Hacía estas preguntas para reflexionar sobre la importancia de considerar el trigo como un alimento, ya que, aunque no se come como tal, es utilizado para fabricar harina con la que luego se obtiene el pan y otros productos.

          Que el trigo es un alimento es el primer requisito que se cita al analizar la demanda procedente de la industria harinera en España. Es un requisito sanitario que deben tener en cuenta los productores, almacenistas y cooperativas.

          Hay otros dos requisitos:

- Las especificaciones de calidad. No hay muchas exigencias en esta materia por parte de España y por parte de la Unión Europea. Es la segunda transformación la que establece las exigencias, con una demanda muy heterogénea. Esas exigencias se resumen así: "Obligación de ofrecer lotes de harinas homogéneas a partir de lotes de trigo homogéneos".

- La integridad en las relaciones comerciales.

          Ramón Sánchez mostraba la realidad de la industria harinera, con unas 120 firmas en España y con una facturación de unos 1.500 millones de euros. Se ha ido reduciendo el número de industrias pero la cantidad de producción de harina ha crecido; la demanda es muy estable, incluso en la actual situación de crisis.

          Hay que apuntar que la cadena de producción es muy compleja en el sector de las harinas, con miles de productores de materia prima (a los que habría que sumar los miles de proveedores de insumos); con un "cuello de botella" formado por las 120 industrias harineras; y con miles de agentes que constituyen la segunda transformación (las empresas, grandes o pequeñas, que fabrican el pan, las galletas, las pizzas, la pasta,...). Por encima de esta segunda transformación están los consumidores.

          Cristina Molina-Rosell, del IATA-CSIC, se ocupaba de las "Necesidades futuras de la calidad harinera". Resumía su intervención diciendo que "la tendencia es a una diferenciación del producto (por ejemplo, en términos nutricionales)"; hablaba de "productos de mayor vida media (orientados a la exportación), bajos en calorías, libres de gluten o lactosa, y de enriquecimiento de los productos derivados de los cereales (persiguiendo una mejor salud)".

          Dice que los consumidores piden valores como disfrutar con la alimentación, mejorar su salud, mucha información sobre lo que comen, que sean productos rápidos en cuanto a su elaboración, productos ecológicos y adaptados a la forma de vida de cada uno. Son las distintas variables que la ciudadanía esgrime a la hora de elegir los alimentos.

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