Las expectativas más optimistas se
quedaban cortas este miércoles ante el éxito de convocatoria de las I Jornadas
de Transferencia en Cereal de Invierno, jornadas de carácter nacional y que en
su parte técnica tenían lugar en el Palacio de Congresos de Huesca. Unas 500
personas acudían a la cita, cuando la previsión hablaba de unas 350. Tras la
parte teórica, este jueves tiene lugar la Jornada de Campo, en una finca experimental
habilitada en Lupiñén. Allí acudirán casi 1.000 agricultores.
Miguel Gutiérrez y Gemma
Capellades, coordinadores de las Jornadas (el primero del Gobierno de
Aragón y la segunda de GENVCE), valoraban al término del Foro Técnico la acogida
que éste había tenido, y también incidían en el nivel de los ponentes.
Insistían en que se ha trabajado mucho durante años y que es importante que
esas investigaciones lleguen a la sociedad; por ello, la transferencia del
conocimiento adquiere una importancia vital.
SESIÓN INAUGURAL
Luis Miguel Albarrán, director
general de Alimentación y Fomento Agroalimentario del Gobierno de Aragón, era
el encargado de inaugurar estas I Jornadas. Su mensaje era claro en el sentido
de que "la mejora genética contribuye de forma esencial al aumento de
la productividad en las explotaciones y, por tanto, al aumento de la
rentabilidad de los agricultores".
Luis Miguel Albarrán decía que
GENVCE (Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos)
es un ejemplo de trabajo, con la coordinación entre administraciones públicas y
con la aportación del sector privado (que debe estar en constante movimiento
para avanzar en la mejora de los métodos, técnicas, aplicaciones,...).
En estas Jornadas participaba Andrés
de León, subdirector general de Medios de Producción Agrícola y Oficina
Española de Variedades Vegetales; decía que los avances genéticos y las nuevas
variedades de cultivos extensivos provocan un aumento de la productividad, una
mejor sanidad vegetal y atender de forma más satisfactoria de las demandas de
la industria.
Gemma Capellades, directora
técnica de GENVCE y técnico del IRTA, se mostraba satisfecha del interés que habían despertado las
Jornadas; dice que es muy importante que haya una transferencia de conocimiento
hacia los productores y la industria.
En la inauguración participaban
también José Domingo Dueñas, vicerrector del Campus de Huesca
(Universidad de Zaragoza); María Teresa Lacruz, subdelegada del Gobierno
en Huesca; y José María Gella, teniente de alcalde del Ayuntamiento
oscense.
José Domingo Dueñas apuntaba
que con estas Jornadas se llevaba a la práctica la función propia de la
universidad, que consiste en transferir los conocimientos procedentes de la
investigación; María Teresa Lacruz decía que era un lujo para la ciudad
de Huesca acoger eventos como estas I Jornadas de Transferencia, mensaje que
también transmitía José María Gella.
GENVCE: GRUPO PARA
LA EVALUACIÓN DE NUEVAS VARIEDADES DE CULTIVOS EXTENSIVOS EN ESPAÑA
"La demanda de producción es
cada vez mayor y no se puede mantener el actual saldo deficitario en cereales".
Es la afirmación realizada por José Ignacio Ortega, del Ministerio de
Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en las I Jornadas de Transferencia
en Cereal de Invierno. Dice que "hay que apostar por la tecnología para
aumentar la productividad", tecnología en forma de nuevas variedades o
variedades mejoradas, mecanización, regadío,...
José Ignacio Ortega era el
encargado de presentar lo que es el Grupo para la Evaluación de Nuevas
Variedades de Cultivos Extensivos (GENVCE). Es una entidad que ha evaluado
desde 1994 un total de 1.029 variedades, destacando el porcentaje relativo a
trigo blando y duro, cebada y maíz.
Recuerda que durante el siglo XX se
pasó en el maíz de una producción de tan sólo 1.000 kilos por hectárea a una
cifra superior a los 11.000 kilos. El aumento se cifra en los últimos 50 años
en 175 kilos por hectárea y año.
En cambio, se ha reducido la superficie cultivada de cereal en un 20 por
ciento; la consecuencia es que España sigue siendo deficitaria en cereales y
cultivos extensivos oleaginosos. Las importaciones se han triplicado en valor
económico en las últimas dos décadas.
José Ignacio Ortega argumenta
que las ayudas públicas deben ir dirigidas a la utilización de tecnología (la
semilla certificada es un ejemplo). Tecnología que permita aumentar la
productividad de las explotaciones agrícolas españolas.
LA CEBADA Y LA
MEJORA GENÉTICA
Se ha mejorado mucho la cebada en las
últimas décadas; sin embargo, ese avance ha sido menor en la cuenca
mediterránea que en otros países de Europa. La causa se encuentra en el entorno
natural cambiante que se vive, por ejemplo, en España, con ambientes,
temperaturas y precipitaciones de lluvia muy fluctuantes.
Es lo dicho por Ernesto Igartua,
de la Estación Experimental de Aula Dei (Consejo Superior de Investigaciones
Científicas), que plantea las siguientes claves para avanzar en el futuro:
- Diversidad
genética (con los bancos de germoplasma).
- Acceso a la
diversidad genética (a través de la biología molecular, que no precisa
necesariamente entrar en transgenia).
Ernesto Igartua recuerda
que la secuencia del ADN de la cebada quedaba publicada en noviembre del pasado
año 2012. Dice que la mejora clásica sigue siendo esencial, pero también la
mejora de precisión, la mejora defensiva y los métodos acelerados.
Considera que es muy importante la
colaboración público-privada, con el fin de acceder a todo el potencial que
ofrece la tecnología. Y así paliar problemas como la sequía, que sigue siendo
la asignatura pendiente en España. En esa línea, Ernesto Igartua apunta
que no hay que dejar de lado la cebada híbrida, sobre todo en los secanos más
áridos.
En España se cultivan en torno a los
3 millones de hectáreas de cebada, con pocas alternativas de cultivo en el
secano de la España interior. En su mayor parte es cebada de dos carreras. Tan
sólo el 16 por ciento es semilla certificada; y el 92 por ciento está orientada
a alimentación animal (frente a sólo un 8 por ciento que se destina a
maltería).
Ernesto Igartua añade que
es importante que del 5 al 7 por ciento de la investigación mundial sobre
cebada se dé en España. Investigaciones que durante décadas han propiciado una
mejora productiva en cada parcela de cultivo, merced, por ejemplo, a la mayor
resistencia a las enfermedades (que ha complementado a los avances habidos en
fertilización y en mecanización agrícola).
SANIDAD VEGETAL
La sanidad vegetal y el control de
enfermedades eran dos de los temas que se abordaban en las I Jornadas de
Transferencia en Cereal de Invierno. Dos conclusiones importantes: Las siembras
tardías, la rotación y la recuperación de márgenes se convierten en claves para
prevenir plagas y enfermedades; y, por otra parte, la investigación debe ser
constante, ya que los genes resistentes a enfermedades son superados continuamente
por nuevas razas de éstas.
Agustín Perdiguer, del
Gobierno de Aragón, abordaba la "Situación actual de la sanidad vegetal
en cereal de invierno en Aragón"; y María del Mar Cátedra, del
IFAPA, hacía lo propio con la "Contribución de la mejora genética al
control de las enfermedades".
Agustín Perdiguer apuntaba
que en Aragón hay ciertas peculiaridades que permiten que no haya excesivas
enfermedades. Citaba el cierzo (que provoca una humedad relativa baja) y el
escaso nivel pluviométrico; este año es una excepción.
Dice que se ha observado una
tendencia, consistente en que, con la ampliación de los campos y la
desaparición de las márgenes, se ha reducido la lucha natural contra las plagas
de insectos. Afirma que la única solución es el establecimiento de nuevas
márgenes (para que haya insectos auxiliares). Apunta igualmente que es preciso
retrasar las siembras de otoño, para realizarlas a partir del 15 de noviembre.
Respecto a las malas hierbas, Agustín
Perdiguer incidía en la importancia de las rotaciones de cultivos, el
pastoreo con el ganado,... dejando el uso de los herbicidas sólo para ocasiones
excepcionales. Lo mismo dice sobre los tratamientos fungicidas.
Josefina Silledo recordaba
que en el siglo XX hubo continuos descubrimientos sobre genes resistentes a
enfermedades; sin embargo, hay que seguir trabajando en las investigaciones
porque se introducen nuevos patógenos.
Cita dos enfermedades: La roya
amarilla y la roya parda. En 1986 apareció una nueva raza de roya amarilla en
el Este de África; llegó a afectar a varios países incluso del Sureste
asiático. La roya parda o de la hoja tiene casi 70 genes que presentan
resistencia; no obstante, ya está entrando por Cádiz una posible nueva raza de
roya parda, la cual se salta la resistencia.
Josefina Silledo también
habla de otra enfermedad: La septoria. Dice que hay que tener mucho cuidado, ya
que es muy sensible a ella el trigo duro de alto rendimiento.
DEMANDA DE LA INDUSTRIA Y NECESIDADES FUTURAS DE CALIDAD HARINERA
Ramón Sánchez, de la
Asociación de Fabricantes de Harinas y Sémolas de España, preguntaba a los
asistentes a las I Jornadas de Transferencia en Cereal de Invierno: "¿El
pan es un alimento? ¿La harina también lo es? ¿Y el trigo?". Hacía
estas preguntas para reflexionar sobre la importancia de considerar el trigo
como un alimento, ya que, aunque no se come como tal, es utilizado para
fabricar harina con la que luego se obtiene el pan y otros productos.
Que el trigo es un alimento es el
primer requisito que se cita al analizar la demanda procedente de la industria
harinera en España. Es un requisito sanitario que deben tener en cuenta los
productores, almacenistas y cooperativas.
Hay otros dos requisitos:
- Las
especificaciones de calidad. No hay muchas exigencias en esta materia por parte
de España y por parte de la Unión Europea. Es la segunda transformación la que
establece las exigencias, con una demanda muy heterogénea. Esas exigencias se
resumen así: "Obligación de ofrecer lotes de harinas homogéneas a
partir de lotes de trigo homogéneos".
- La integridad en
las relaciones comerciales.
Ramón Sánchez mostraba
la realidad de la industria harinera, con unas 120 firmas en España y con una
facturación de unos 1.500 millones de euros. Se ha ido reduciendo el número de
industrias pero la cantidad de producción de harina ha crecido; la demanda es
muy estable, incluso en la actual situación de crisis.
Hay que apuntar que la cadena de
producción es muy compleja en el sector de las harinas, con miles de
productores de materia prima (a los que habría que sumar los miles de
proveedores de insumos); con un "cuello de botella" formado
por las 120 industrias harineras; y con miles de agentes que constituyen la
segunda transformación (las empresas, grandes o pequeñas, que fabrican el pan,
las galletas, las pizzas, la pasta,...). Por encima de esta segunda
transformación están los consumidores.
Cristina Molina-Rosell, del
IATA-CSIC, se ocupaba de las "Necesidades futuras de la calidad
harinera". Resumía su intervención diciendo que "la tendencia
es a una diferenciación del producto (por ejemplo, en términos nutricionales)";
hablaba de "productos de mayor vida media (orientados a la
exportación), bajos en calorías, libres de gluten o lactosa, y de
enriquecimiento de los productos derivados de los cereales (persiguiendo una
mejor salud)".
Dice que los consumidores piden
valores como disfrutar con la alimentación, mejorar su salud, mucha información
sobre lo que comen, que sean productos rápidos en cuanto a su elaboración,
productos ecológicos y adaptados a la forma de vida de cada uno. Son las
distintas variables que la ciudadanía esgrime a la hora de elegir los
alimentos.
No hay comentarios :
Publicar un comentario